viernes, 31 de mayo de 2013

Una semana muy especial



Esta semana es muy especial, supongo que para todas las mamas puesto que se celebra nuestro día, pero para mi es un poquito mas especial, esta semana mi niña Candela cumple un año. Tengo dos hijos Gonzalo que este año cumplirá 4 años y Candela que cumple 1.
Va a ser 4 años que me estrené como madre, desde que me quede embarazada, pensé y me informe constantemente del embarazo y como sería cuando llegara el bebe, me imaginaba constantemente mi parto vaginal y su llegada al mundo, pero 17 días antes de lo esperado tuve un desprendimiento de placenta, con la hemorragia y CESAREA correspondiente, mi niño estaba en mis brazos pero mi alma estaba rota, durante 5 largas horas lo tuvieron separado de mi, sin contacto ninguno de piel. Cuando por fin me lo dieron comenzó mi andadura con la lactancia, camino que todavía continua.
A partir de ese momento mi afán de aprender sobre los partos y todas las maneras de nacer aumentó, gracias a muchas paginas amigas como “el parto es nuestro”, “por un parto respetado” y muchas mas que andan por Internet y facebook, aprendí que la mejor manera de parir era dejar que mi cuerpo actuara de la manera más natural. Así continué con mi niño, dando mucha teta, con muchos cambios en mi vida, sobre todo laborales, y al final estos cambios me permitieron vivir la maternidad de otra manera ,como yo quería.
Cuando mi niño cumplió los dos años ya estaba embarazada, después de toda la información que había adquirido, ahora quería un parto NATURAL, con miedo a tener otra cesárea, pero consciente de que podía tener una parto a mi manera, lo tenía que intentar, tenía que estar empoderada en esos momentos para poder exigir lo que me vendría mejor.

Y llegó el momento, mi niña esperó al primer día de mayo para nacer, antes de su fecha prevista pero el día perfecto para ella, quería que todo saliera bien, porque además dejaba en casa a mi niño y era la primera vez que me separaba de él durante tanto tiempo.
Rompí agua y me fui al hospital, cuando llegue había dilatado poco y me subieron a planta, al cabo de algunas horas mis contracciones eran cada vez más fuertes y me pusieron en monitores por tener una cesárea anterior, a pesar de estar atada a la maquina, me empoderé para decir que no podía estar tumbada, las contracciones se me pararon y la solución del hospital era oxitoxina,… pues noooo! Le dije, no quería ese liquido forzando mi parto, a mi niña y a mi cuerpo, a partir de ahí la matrona que me atendió, y me entendió, me permitió estar de pie y sentarme en la silla de parto, trabajé casi todo el parto en esa silla, confiaba en mi cuerpo y en mi niña, confiaba cuando me pedía dormir entre contracción y contracción, confiaba en mi cuerpo cuando me pedía que empujara.
Y así después de 10 horas de parto, sin epidural ni oxitoxina, empujando en cuclillas y a cuatro patas, como única anestesia mi marido haciéndome masajes en los riñones, mi niña salía de mi para empezar su nueva vida, alimentada por mí y sintiendo mi piel en cada momento, nació y ella no necesitaba que la pesaran ni la limpiaran, solo necesitaba el calor de mama y la tetita, mi morenita nos sorprendió con mucho pelo y un color de piel que parecía que se había tostado al sol. Mi pequeña salió y yo había tenido “EL PARTO QUE HABIA SOÑADO DURANTE DOS EMBARAZOS”.
Ahora, un año después mis dos hijos han crecido juntos, han compartido teta y mama, me han enseñado día a día a ser mejor persona y a valorar momentos pequeños de la vida.
GRACIAS Gonzalo por compartir tu bien más preciado, la tetita, GRACIAS Candela por ayudar en ese parto, GRACIAS por enseñarme a ser mama día a día, GRACIAS Papa por estar siempre ahí.